20 octubre 2008

Petición para mi Muerte

Silencio, nada más.

No pido flores ni halagos,

ni el canto de vate repitiendo mi nombre,

ni en la piedra labrada mi historia sin nombre.


Que el día que yo muera

quietas estén las campanas,

ociosos los instrumentos

y las bocas bien cerradas.


Que los labios no inventen

una historia enrevesada,

que la pluma no suelte,

ríos de tinta nacarada.


Yo no quiero que en palabras

se encuentre mi memoria guardada.


Sólo pido que me guardes

un pequeño hueco,

no más que un alfiler,

perenne y bello.


Que tu corazón me sea fiel,

que tengas mi cara ahí grabada,

que escuches mi voz en los sueños,

que sientas mi caricia en tu espalda.


Y que al momento de tu muerte,

cuando vuelvas atrás la mirada,

recuerdes con cariño

el amor que yo te daba.


No te pido que me esperes,

no te pido que me llores

sólo no me olvides:

ese es mi gran tesoro.

Hilandra Silena Mascaba 5/agosto/2008